domingo, 11 de mayo de 2014

Metodología de la Acción Social...




... a partir de las cuestiones planteadas por Ezequiel Ander Egg:

            “Si el conocimiento más que un estado (algo adquirido), es un proceso (algo inacabado) tanto más lo es el método (que como indica el origen de la palabra) es un camino hacia algo”.

            Esta perspectiva nos conduce a la siguiente idea: Un método de acción social nos ofrece una orientación constante para realizar acciones tendentes al logro de unos objetivos, pero no un conjunto de certezas prácticas indiscutibles.

            Todos los planteamientos en torno a esta cuestión son foco de interés de la Educación Social, puesto que los profesionales de este ámbito son, precisamente, agentes que desarrollan su labor en el marco de la acción social.




            La acción social no es un campo cerrado en el que los elementos están totalmente definidos, tampoco hay fórmulas mágicas e indiscutibles que logren el éxito de cada una de las acciones implementadas. La metodología empleada dependerá, finalmente, del tipo de proyecto que vaya a llevarse a cabo.

      En lo que sí guardan relación todas las metodologías es en los criterios a los que atienden para definir la forma en la que incidirán sobre la realidad:

  • Marco de referencia (para qué actuamos).
  • Condicionamientos contextuales.
  • Coherencia y competencia de quien lo aplica, o lo que es lo mismo: experiencias y vivencias. 
  • La reacción de los participantes.
         
   Todos estos aspectos son importantes, no obstante, hay uno que cobra especial relevancia: El marco de referencia, es decir, aquello que nos lleva a plantearnos ¿PARA QUÉ ACTUAMOS? 

            Villasante, entre otros autores, han abordado esta pregunta y las conclusiones derivadas han sido las siguientes:

Línea adaptativa- conservadora: Incide sobre aquellos individuos que tienen problemáticas sociales a través de la mejora de las relaciones que éstos establecen tanto con su entorno más próximo tanto con la sociedad que los rodea. La posible crítica que se puede hacer a este modo de actuación es que no es realmente transformadora y sólo sigue reproduciendo los sistemas de poder existentes.

Línea educativa- reformadora: Es una perspectiva que siguen aquellos profesionales que confían en el cambio social pero sin que ello conlleve el cambio de las estructuras sociales actuales. Se trata, por tanto, de cambios carentes de profundidad. 
El modo en el que estos profesionales trabajan es, por ejemplo, a partir de la educación preventiva y  definiendo perfiles de riesgo con tal de adaptar los recursos sociales.

Línea transformadora: El tercer enfoque es el realmente crítico, puesto que cuestionan todo el sistema social y los entramados que ello genera. Defienden la transformación total de la sociedad y su modo de funcionamiento: no se trata tan sólo de generar buenas políticas sociales, se hace necesario un modelo social más equitativo y justo que no produzca las enormes desigualdades que hoy se producen.

            Estos tres planteamientos, tan diversos entre sí, sostienen la idea de que no existe una única vía de acción social, tampoco un modo único de abordar una misma realidad. Esto es muy interesante, puesto que plantea la necesidad de que el profesional interprete lo que está ocurriendo con el propósito de establecer la mejor forma de interactuar con ello y lograr los objetivos propuestos.

            Se trata, por tanto, de un conjunto de elementos que se conjugan entre sí y  que juegan un papel fundamental en toda acción social: La realidad y el contexto sobre el que se busca incidir, los destinatarios de la acción social y el profesional que implementará el método escogido.
            
             O lo que es lo mismo y nos lleva a recuperar lo que afirmaba Ander Egg: Todo un camino por recorrer.







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