... a partir de
las cuestiones planteadas por Ezequiel Ander Egg:
“Si el conocimiento más que un estado
(algo adquirido), es un proceso (algo inacabado) tanto más lo es el método (que
como indica el origen de la palabra) es un camino hacia algo”.
Esta perspectiva nos conduce a la
siguiente idea: Un método de acción social nos ofrece una orientación constante
para realizar acciones tendentes al logro de unos objetivos, pero no un
conjunto de certezas prácticas indiscutibles.
Todos los planteamientos en torno a
esta cuestión son foco de interés de la Educación Social, puesto que los
profesionales de este ámbito son, precisamente, agentes que desarrollan su
labor en el marco de la acción social.
La
acción social no es un campo cerrado en el que los elementos están totalmente
definidos, tampoco hay fórmulas mágicas e indiscutibles que logren el éxito de
cada una de las acciones implementadas. La metodología empleada dependerá,
finalmente, del tipo de proyecto que vaya a llevarse a cabo.
En lo que sí guardan relación todas
las metodologías es en los criterios a los que atienden para definir la forma
en la que incidirán sobre la realidad:
- Marco de referencia (para qué actuamos).
- Condicionamientos contextuales.
- Coherencia y competencia de quien lo aplica, o lo que es lo mismo: experiencias y vivencias.
- La reacción de los participantes.
Todos estos aspectos son importantes, no obstante, hay uno que cobra especial relevancia: El marco de referencia, es decir, aquello que nos lleva a plantearnos ¿PARA QUÉ ACTUAMOS?
Villasante, entre otros autores, han
abordado esta pregunta y las conclusiones derivadas han sido las siguientes:
Línea adaptativa- conservadora: Incide sobre aquellos individuos que tienen
problemáticas sociales a través de la mejora de las relaciones que éstos
establecen tanto con su entorno más próximo tanto con la sociedad que los
rodea. La posible crítica que se puede hacer a este modo de actuación es que no
es realmente transformadora y sólo sigue reproduciendo los sistemas de poder
existentes.
Línea educativa- reformadora: Es una perspectiva que siguen aquellos
profesionales que confían en el cambio social pero sin que ello conlleve el
cambio de las estructuras sociales actuales. Se trata, por tanto, de cambios
carentes de profundidad.
El modo en el que estos profesionales trabajan es, por ejemplo, a partir de
la educación preventiva y definiendo perfiles de riesgo con tal de
adaptar los recursos sociales.
Línea transformadora: El tercer enfoque es el realmente crítico, puesto que cuestionan todo el
sistema social y los entramados que ello genera. Defienden la transformación
total de la sociedad y su modo de funcionamiento: no se trata tan sólo de
generar buenas políticas sociales, se hace necesario un modelo social más
equitativo y justo que no produzca las enormes desigualdades que hoy se
producen.
Estos tres planteamientos, tan
diversos entre sí, sostienen la idea de que no existe una única vía de acción
social, tampoco un modo único de abordar una misma realidad. Esto es muy
interesante, puesto que plantea la necesidad de que el profesional interprete
lo que está ocurriendo con el propósito de establecer la mejor forma de
interactuar con ello y lograr los objetivos propuestos.
Se trata, por tanto, de un conjunto
de elementos que se conjugan entre sí y que juegan un papel fundamental
en toda acción social: La realidad y el contexto sobre el que se busca incidir,
los destinatarios de la acción social y el profesional que implementará el
método escogido.
O lo que es lo mismo y nos lleva a
recuperar lo que afirmaba Ander Egg: Todo un camino por recorrer.
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