Esta entrada dirige la atención hacia la vida cultural como derecho de los ciudadanos o lo que es lo mismo, y tal y como apunta el título, la democratización de la cultura.
Este concepto, que surge a
finales de los años 60 y es tenido en cuenta por la UNESCO en los 70,
busca la participación activa de los sujetos en las acciones culturales;
es decir, que sean los destinatarios de las mismas los que creen y
generen este tipo de actividades utilizándolo, además, como medio de
transformación social.
Se
pretende, por tanto, el desarrollo individual y colectivo a partir de
la creación cultural, un modo de reconstruir la cultura "desde abajo", lo
cual también tiene otra vertiente importante: facilita el acceso a la
cultura de todos los ciudadanos, evitando desequilibrios y exclusiones.
En
este sentido, los municipios son los que más han apostado por la
democratización de la cultura y para poder acercanos a una iniciativa
que siguiera esta tendencia visitamos Quart Jove en la localidad de
Quart de Poblet (Valencia).
Lo primero que expusieron los profesionales que nos recibieron fue que el objetivo principal de esta entidad era "educar a la ciudadanía" y especialmente potenciar en los jóvenes este sentido de pertenecer a una ciudadanía. Con ello lo que se pretende es que participen de los problemas y cuestiones sociales para que formen parte de la solución.
Participar de esta realidad es lo que hace que la sociedad responda y se organice en movimientos asociativos, sirva como ejemplo el episodio que se vivió con el Instituto Luís Vives: la indignación que provocaron los altercados que se produjeron generaron un aumento de la participación social.
Respecto a la metodología empleada fueron muy claros: "Enamorar". Continuaron
apuntando a la necesidad de hacer sentir al que acudía a Quart Jove que
interesaba como persona para lograr que ello fuera recíproco; a partir
de ahí se "construye".
La labor del animador sociocultural en este caso es la de "hacer nada", y para aclarar esta última afirmación siguieron explicando que se trata de "hacer mucho para no hacer nada", o
lo que es lo mismo: que sea la persona quién tome las riendas y acabe
actuando. Así, lo que se fomenta es que sean los jóvenes quiénes
emprendan y realicen sus ideas.
Posteriormente
explicaron otras cosas importantes, como por ejemplo que trabajaban en
red, estableciendo alianzas con otras entidades que prestan servicios y
actividades interesantes para los jóvenes. De hecho, explicaban, la
mayor parte de la partida presupuestaría que recibe este recurso se
destina a estas entidades aliadas que colaboran con la política de
juventud.
De hecho, apuntaron, este trabajo en red es una forma de responder a esta situación de crisis actual pues conseguía abaratar costes y continuar ofreciendo recursos y actividades juveniles. Esto ha derivado en una colaboración de entidades juveniles de localidades próximas que recibe el nombre de xarxajovesnet.
Un último aporte muy interesante fue que Quart Jove lo que trataba era generar espacios de crecimiento personal para que luego los jóvenes siguieran su propio itinerario.
Continuando con el tema de esta entrada, existe una iniciativa latinoamericana que bajo el nombre de "Puntos de Cultura" aglutina diversas reivindicaciones que abogan por la participación cultural de la ciudadanía.

¿Pero a qúe exactamente se refieren con Punto de Cultura? "Sería algo así como ese lugar, pequeño o mediano, donde
personas diversas construyen algo común, generando una identidad
que a su vez, vista desde lo macro se reproduce en otras calles, cuadras,
pueblos y ciudades. La cualidad distintiva del hombre y la mujer: la creación
de cultura."
En 2004 Brasil aprueba esta Ley que establece que un porcentaje del presupuesto
anual nacional se destine al fomento y subsidio de esas organizaciones de base
que trabajan sobre la cultura. Las mismas reciben, por una cantidad de tiempo
determinada, recursos del gobierno federal para potenciar sus trabajos.
La ley brasileña fue bien vista por las redes Articulación Latinoamericana
Cultura y Política y Red Latinoamericana de Arte y Transformación
Social, que constituyen una plataforma de 65 organizaciones que opera
en 11 países de este sector del globo. Así, en 2009 el Parlamento del Mercosur decidió que los países miembros del mismo trabajaran sobre esta legislación,
atenta a las particularidades de cada lugar.
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