Como educadores, uno de nuestros
ámbitos de actuación es la Animación Sociocultural, por lo tanto, nos atañe
como cualquier otro. Ésta hace referencia
a la figura del educador en las instituciones socioculturales.
Siguiendo
con el post anterior, la animación también realiza una aportación a la
definición de cultura que dice así: “Es un patrimonio que vamos creando, formas
de ser y de pensar proyectadas hacia el futuro”.
Por otro
lado, la animación se define como un método de intervención que pretende el
desarrollo social y cultural de un grupo, buscando así una transformación
social.
Uno de los
principales propósitos de la Animación Sociocultural es el fomento de la
participación ciudadana. Que sean los propios ciudadanos capaces de tomar
decisiones, de definir y dar respuesta a sus necesidades.
Así como el
de fomentar el desarrollo educativo individual, dotando de herramientas y habilidades
a los individuos. Facilitando el acceso a las actividades culturales y
motivando la participación en el proceso de las mismas. Para que sean capaces
de formar parte de la transformación, creando sus propias culturas o,
simplemente, recuperarlas. Empoderándolos.
Y para ir rompiendo esquemas os dejamos este vídeo, en el
que se refleja la amplia variedad de funciones que un animador puede adquirir y así eliminar la popular
imagen que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en este perfil profesional.
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